1.7.11

Espero hasta el medio día para hablar, naturalmente perdono, en realidad quiero ver la miseria, esa que no conoces.
De pronto me sorprendo viviendo cosas imposibles, hermosas, aptas de un cierre cíclico existencial. Sueño para que todo hecho sea causante de dolor, gozo o un derrame infinito de sangre, en su defecto lágrimas o mariposas estomacales.
Termino siendo el ultimo en irme, insatisfecho. Y así son todos los viernes.

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